domingo, 3 de octubre de 2010

WELCOME TO BARCELONA

El pasado día 29 de septiembre tuvo lugar en todo el estado español, la huelga general en contra de las reformas laborales aprobadas por el gobierno español de Zapatero.
En municipios como Barcelona las manifestaciones en contra de la reforma fueron más allá y se convirtieron en una batalla campal dejando atrás grandes destrozos en comercios y servicios de la ciudad.
El día 29 se intentaba hacer un llamamiento a los ciudadanos para que no acudieran a sus puestos de trabajo y de esta manera poder reivindicar su desacuerdo con la reforma aprobada por parte del gobierno.
Las brigadas de recogida de basura ya empezaron a anular sus servicios desde bien entrada la noche del día anterior provocando así una imagen desoladora en las callejuelas del centro histórico de la ciudad catalana. Pasear por el centro el día de la huelga no era disfrutar de la belleza del casco histórico sino que se trataba de una gymkana intentando sortear las bolsas de basura que se iban amontonando de un lado a otro.
Comercios y lugares insignificantes de la ciudad permanecieron cerrados durante todo el día y los puntos de información turística  abrieron durante unas horas intentando responder  todas las dudas y problemas que surgían entre los turistas.
Muchos no podían viajar a sus lugares de destino porque o los viajes estaban cancelados o no tenían medios de transporte para llegar hasta allí. Los servicios del bus turístico de la ciudad también fueron cancelados y no circuló ningún bus en todo el día. Además los transportes urbanos cerraron sus puertas durante la mañana y no era posible acceder a lugares más periféricos de la ciudad.
Así, la pregunta más frecuente al llegar a las oficinas de turismo era la de: “¿Qué puedo hacer en el día de hoy?”.  Los informadores turísticos sugerían pasear por el centro de la ciudad o acercarse a disfrutar de las playas en la zona de la Barceloneta.
Al medio día y entrada ya la tarde, los actos vandálicos empezaron a surgir en la zona del centro de la ciudad. Las cabinas de información cerraron sus puertas y algunas como la ubicada en las Ramblas sufrieron pintadas por parte de los antisistema.  
Tras todos estos altercados que se fueron produciendo durante el día y con más fuerza en la tarde, los turistas reaccionaban como si no supieran lo que pasaba. Muchos hacían fotos, otros, paseaban como si nada ocurriera.
Disfrutar de la ciudad de Barcelona durante el día 29 fue prácticamente imposible y la pregunta era clara y contundente: “Qué imagen se llevan los turistas de Barcelona en un día como hoy?”.

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